Se trata de un parásito externo común en perros y gatos. Son diminutos insectos que se alimentan de sangre y son transmisores de multitud de patologías. Los principales síntomas son el rascado, picor, pérdida de pelo o costras.2

Son pequeños ácaros que se alimentan de sangre y son capaces de transmitir un gran número de enfermedades que pueden llegar a ser graves para el animal parasitado. Se encuentran en áreas con mucha vegetación y pueden propagar enfermedades muy graves como la enfermedad de Lyme, la erlichiosis, la babesiosis, etc. Estas pueden provocar anemia, fiebre, letargia, vómitos y en algunos casos transmitirse al ser humano.²

La picadura del mosquito puede resultar molesta pero también puede transmitir patologías graves como la filariosis, una enfermedad causada por un verme que se aloja en la arteria pulmonar y el lado derecho del corazón.¹,²,³

Por otra parte, el flebotomo, un insecto similar a los mosquitos y muy común en el área mediterránea, es de gran importancia por ser el principal transmisor de la Leishmaniosis. Esta enfermedad puede ser muy grave en perros y amenaza la salud pública, ya que es transmisible al ser humano, especialmente a niños y adultos inmunodeprimidos.²,³

Estas moscas muerden a los perros (sobre todo en las orejas) para alimentarse de sangre. Generando lesiones como eritema, alopecia, prurito e incluso úlceras. También son capaces de transmitir diversos patógenos.⁴

Este parásito es un insecto que se mantiene durante toda su vida sobre los animales, mientras se alimenta de su sangre o descamaciones epiteliales. También pueden ser transmisores de otros parásitos, como 𝘋𝘪𝘱𝘺𝘭𝘪𝘥𝘪𝘶𝘮 𝘤𝘢𝘯𝘪𝘯𝘶𝘮. Son infestaciones muy irritantes debido al movimiento de los parásitos y los animales infestados suelen estar intranquilos, con mal carácter, y presentan prurito.²

𝘋𝘦𝘮𝘰𝘥𝘦𝘹 𝘤𝘢𝘯𝘪𝘴 es el principal causante de la demodicosis canina. Los cachorros recién nacidos adquieren los ácaros por contacto directo con la piel de sus madres a los pocos días de vida. En adultos, esta enfermedad está relacionada con inmunocompromiso secundario a una enfermedad sistémica.

Este ácaro se encuentra en la luz del folículo piloso, causando demodicosis localizada o generalizada. Se observa alopecia generalmente no pruriginosa, aunque en algunas ocasiones ésta va unida al desarrollo de una pioderma bacteriana secundaria.²

Se trata de un parásito externo común en perros y gatos. Son diminutos insectos que se alimentan de sangre y son transmisores de multitud de patologías. Los principales síntomas son el rascado, picor, pérdida de pelo o costras.2

Son pequeños ácaros que se alimentan de sangre y son capaces de transmitir un gran número de enfermedades que pueden llegar a ser graves para el animal parasitado. Se encuentran en áreas con mucha vegetación y pueden propagar enfermedades muy graves como la enfermedad de Lyme, la erlichiosis, la babesiosis, etc. Estas pueden provocar anemia, fiebre, letargia, vómitos y en algunos casos transmitirse al ser humano.²

La picadura del mosquito puede resultar molesta pero también puede transmitir patologías graves como la filariosis, una enfermedad causada por un verme que se aloja en la arteria pulmonar y el lado derecho del corazón.¹,²,³

Por otra parte, el flebotomo, un insecto similar a los mosquitos y muy común en el área mediterránea, es de gran importancia por ser el principal transmisor de la Leishmaniosis. Esta enfermedad puede ser muy grave en perros y amenaza la salud pública, ya que es transmisible al ser humano, especialmente a niños y adultos inmunodeprimidos.²,³

Estas moscas muerden a los perros (sobre todo en las orejas) para alimentarse de sangre. Generando lesiones como eritema, alopecia, prurito e incluso úlceras. También son capaces de transmitir diversos patógenos.⁴

Este parásito es un insecto que se mantiene durante toda su vida sobre los animales, mientras se alimenta de su sangre o descamaciones epiteliales. También pueden ser transmisores de otros parásitos, como 𝘋𝘪𝘱𝘺𝘭𝘪𝘥𝘪𝘶𝘮 𝘤𝘢𝘯𝘪𝘯𝘶𝘮. Son infestaciones muy irritantes debido al movimiento de los parásitos y los animales infestados suelen estar intranquilos, con mal carácter, y presentan prurito.²

𝘋𝘦𝘮𝘰𝘥𝘦𝘹 𝘤𝘢𝘯𝘪𝘴 es el principal causante de la demodicosis canina. Los cachorros recién nacidos adquieren los ácaros por contacto directo con la piel de sus madres a los pocos días de vida. En adultos, esta enfermedad está relacionada con inmunocompromiso secundario a una enfermedad sistémica.

Este ácaro se encuentra en la luz del folículo piloso, causando demodicosis localizada o generalizada. Se observa alopecia generalmente no pruriginosa, aunque en algunas ocasiones ésta va unida al desarrollo de una pioderma bacteriana secundaria.²

𝘛𝘰𝘹𝘰𝘤𝘢𝘳𝘢 𝘤𝘢𝘯𝘪𝘴 y 𝘛𝘰𝘹𝘰𝘤𝘢𝘳𝘢 𝘤𝘢𝘵𝘪 son nematodos que pueden infectar respectivamente a perros y gatos de todas las edades a través de la ingesta de huevos embrionados en el medio ambiente, en carne poco cocinada, o en un hospedador paraténico infectado. Los huevos eclosionan en el intestino, liberando larvas que migran hasta los pulmones, provocando tos y su posterior deglución. Al llegar nuevamente al intestino, evolucionan a adultos de gran tamaño. No es frecuente observar signos clinicos en animales adultos, pero las infecciones pueden ser graves en cachorros. Los ascaridos tienen un elevado potencial zoonósico, causando el complejo larva migrans, que puede producir graves consecuencias a personas infectadas.¹

Nematodos de pequeño tamaño de 3 especies principalmente, 𝘈𝘯𝘤𝘺𝘭𝘰𝘴𝘵𝘰𝘮𝘢 𝘤𝘢𝘯𝘪𝘯𝘶𝘮 (perros), 𝘈𝘯𝘤𝘺𝘭𝘰𝘴𝘵𝘰𝘮𝘢 𝘵𝘶𝘣𝘢𝘦𝘧𝘰𝘳𝘮𝘦 (gatos) y 𝘜𝘯𝘤𝘪𝘯𝘢𝘳𝘪𝘢 𝘴𝘵𝘦𝘯𝘰𝘤𝘦𝘱𝘩𝘢𝘭𝘢 (perros y ocasionalmente en gatos). Los perros y gatos se infectan al ingerir larvas del ambiente o al pisar zonas contaminadas, ya que la larva puede migrar a través de la piel. Además, las camadas pueden infectarse a traves de la ingestión de leche materna. Los vermes adultos se localizan en el intestino delgado, donde ocasionan comunmente pérdida de peso, anemia, y diarrea (que puede ser sanguinolenta). También se podrían observar lesiones cutaneas en almohadillas asociadas a la migracion percutanea de las larvas.¹

𝘛𝘳𝘪𝘤𝘩𝘶𝘳𝘪𝘴 𝘷𝘶𝘭𝘱𝘪𝘴 es un nematodo que se localiza en el intestino grueso de los perros. Las larvas pueden sobrevivir en el medio ambiente protegidas por la cubierta del huevo durante años. Los perros se infectan tras ingerir estos huevos larvados, y en infecciones masivas pueden presentar diarreas sanguinolentas, moco en las heces, y pérdida de peso.¹

Aunque los perros y gatos infectados por cestodos como 𝘌𝘤𝘩𝘪𝘯𝘰𝘤𝘰𝘤𝘤𝘶𝘴 𝘨𝘳𝘢𝘯𝘶𝘭𝘰𝘴𝘶𝘴, 𝘌𝘤𝘩𝘪𝘯𝘰𝘤𝘰𝘤𝘤𝘶𝘴 𝘮𝘶𝘭𝘵𝘪𝘭𝘰𝘤𝘶𝘭𝘢𝘳𝘪𝘴, 𝘋𝘪𝘱𝘺𝘭𝘪𝘥𝘪𝘶𝘮 𝘤𝘢𝘯𝘪𝘯𝘶𝘮, y/o 𝘛𝘢𝘦𝘯𝘪𝘢 𝘴𝘱𝘱 no suelen presentar signos clinicos, éstos parásitos implican zoonosis de gran importancia en salud publica. Las consecuencias de la parasitacion para los hospedadores intermediarios (roedores, ovino, porcino, pulgas, piojos...) o accidentales (como los humanos) son graves, pudiendo causar, entre otras, quiste hidatídico o hidatidosis alveolar que si no se tratan pueden ser mortales. Los perros y gatos pueden infectarse a través de la ingestión de vísceras, hospedadores intermediarios, pulgas o piojos infectados.¹

Conocido como el verme del corazón, 𝘋. 𝘪𝘮𝘮𝘪𝘵𝘪𝘴 es un nematodo que se localiza en las arterias pulmonares de los perros y los gatos, y se transmite por la picadura de mosquitos. La infección por este parásito puede causar una enfermedad grave y mortal en perros y gatos, aunque los animales con una baja carga parasitaria pueden presentar formas subclínicas. Con el aumento de la carga parasitaria, aparecen signos clínicos como pérdida de peso, debilidad, disnea y tos crónica. Si no se trata, se podría producir insuficiencia cardiaca derecha e incluso la muerte.¹

Los adultos de este nematodo se localizan en las arterias pulmonares y corazón derecho de perros y otros carnivoros. Los perros se infectan tras la ingestion de caracoles, babosas, ranas u otros anfibios que actúan como hospedadores intermediarios o paraténicos. Con frecuencia se muestra tos seca y disnea asociados a una neumonia verminosa, aunque también se pueden desarrollar otros signos clinicos asociados a la migración ectópica del parásito al cerebro, vejiga, riñón o cámara anterior del ojo.¹

𝘛𝘩𝘦𝘭𝘢𝘻𝘪𝘢 𝘤𝘢𝘭𝘭𝘪𝘱𝘢𝘦𝘥𝘢 se trata de un nematodo que se puede localizar en el saco conjuntival de perros y gatos.

La infección tiene lugar cuando las moscas (hospedadores intermediarios) se alimenta de sus secreciones lagrimales. En perros y gatos se observan signos como blefaroespasmo y epífora (lagrimeo excesivo).¹,²

𝘛𝘰𝘹𝘰𝘤𝘢𝘳𝘢 𝘤𝘢𝘯𝘪𝘴 y 𝘛𝘰𝘹𝘰𝘤𝘢𝘳𝘢 𝘤𝘢𝘵𝘪 son nematodos que pueden infectar respectivamente a perros y gatos de todas las edades a través de la ingesta de huevos embrionados en el medio ambiente, en carne poco cocinada, o en un hospedador paraténico infectado. Los huevos eclosionan en el intestino, liberando larvas que migran hasta los pulmones, provocando tos y su posterior deglución. Al llegar nuevamente al intestino, evolucionan a adultos de gran tamaño. No es frecuente observar signos clinicos en animales adultos, pero las infecciones pueden ser graves en cachorros. Los ascaridos tienen un elevado potencial zoonósico, causando el complejo larva migrans, que puede producir graves consecuencias a personas infectadas.¹

Nematodos de pequeño tamaño de 3 especies principalmente, 𝘈𝘯𝘤𝘺𝘭𝘰𝘴𝘵𝘰𝘮𝘢 𝘤𝘢𝘯𝘪𝘯𝘶𝘮 (perros), 𝘈𝘯𝘤𝘺𝘭𝘰𝘴𝘵𝘰𝘮𝘢 𝘵𝘶𝘣𝘢𝘦𝘧𝘰𝘳𝘮𝘦 (gatos) y 𝘜𝘯𝘤𝘪𝘯𝘢𝘳𝘪𝘢 𝘴𝘵𝘦𝘯𝘰𝘤𝘦𝘱𝘩𝘢𝘭𝘢 (perros y ocasionalmente en gatos). Los perros y gatos se infectan al ingerir larvas del ambiente o al pisar zonas contaminadas, ya que la larva puede migrar a través de la piel. Además, las camadas pueden infectarse a traves de la ingestión de leche materna. Los vermes adultos se localizan en el intestino delgado, donde ocasionan comunmente pérdida de peso, anemia, y diarrea (que puede ser sanguinolenta). También se podrían observar lesiones cutaneas en almohadillas asociadas a la migracion percutanea de las larvas.¹

𝘛𝘳𝘪𝘤𝘩𝘶𝘳𝘪𝘴 𝘷𝘶𝘭𝘱𝘪𝘴 es un nematodo que se localiza en el intestino grueso de los perros. Las larvas pueden sobrevivir en el medio ambiente protegidas por la cubierta del huevo durante años. Los perros se infectan tras ingerir estos huevos larvados, y en infecciones masivas pueden presentar diarreas sanguinolentas, moco en las heces, y pérdida de peso.¹

Aunque los perros y gatos infectados por cestodos como 𝘌𝘤𝘩𝘪𝘯𝘰𝘤𝘰𝘤𝘤𝘶𝘴 𝘨𝘳𝘢𝘯𝘶𝘭𝘰𝘴𝘶𝘴, 𝘌𝘤𝘩𝘪𝘯𝘰𝘤𝘰𝘤𝘤𝘶𝘴 𝘮𝘶𝘭𝘵𝘪𝘭𝘰𝘤𝘶𝘭𝘢𝘳𝘪𝘴, 𝘋𝘪𝘱𝘺𝘭𝘪𝘥𝘪𝘶𝘮 𝘤𝘢𝘯𝘪𝘯𝘶𝘮, y/o 𝘛𝘢𝘦𝘯𝘪𝘢 𝘴𝘱𝘱 no suelen presentar signos clinicos, éstos parásitos implican zoonosis de gran importancia en salud publica. Las consecuencias de la parasitacion para los hospedadores intermediarios (roedores, ovino, porcino, pulgas, piojos...) o accidentales (como los humanos) son graves, pudiendo causar, entre otras, quiste hidatídico o hidatidosis alveolar que si no se tratan pueden ser mortales. Los perros y gatos pueden infectarse a través de la ingestión de vísceras, hospedadores intermediarios, pulgas o piojos infectados.¹

Conocido como el verme del corazón, 𝘋. 𝘪𝘮𝘮𝘪𝘵𝘪𝘴 es un nematodo que se localiza en las arterias pulmonares de los perros y los gatos, y se transmite por la picadura de mosquitos. La infección por este parásito puede causar una enfermedad grave y mortal en perros y gatos, aunque los animales con una baja carga parasitaria pueden presentar formas subclínicas. Con el aumento de la carga parasitaria, aparecen signos clínicos como pérdida de peso, debilidad, disnea y tos crónica. Si no se trata, se podría producir insuficiencia cardiaca derecha e incluso la muerte.¹

Los adultos de este nematodo se localizan en las arterias pulmonares y corazón derecho de perros y otros carnivoros. Los perros se infectan tras la ingestion de caracoles, babosas, ranas u otros anfibios que actúan como hospedadores intermediarios o paraténicos. Con frecuencia se muestra tos seca y disnea asociados a una neumonia verminosa, aunque también se pueden desarrollar otros signos clinicos asociados a la migración ectópica del parásito al cerebro, vejiga, riñón o cámara anterior del ojo.¹

𝘛𝘩𝘦𝘭𝘢𝘻𝘪𝘢 𝘤𝘢𝘭𝘭𝘪𝘱𝘢𝘦𝘥𝘢 se trata de un nematodo que se puede localizar en el saco conjuntival de perros y gatos.

La infección tiene lugar cuando las moscas (hospedadores intermediarios) se alimenta de sus secreciones lagrimales. En perros y gatos se observan signos como blefaroespasmo y epífora (lagrimeo excesivo).¹,²